Esta newsletter forma parte de 5 capítulos de historias, donde a través de mi propia experiencia personal, os comparto reflexiones y preguntas que me ayudaron a pasar de un sentimiento de vacío y supervivencia en mi vida a caminarme sintiendo una gran VIDA en mi interior así como más sabia, clara y presente. Y con un claro propósito. Durante los últimos años y especialmente este último, muchas personas han nombrado mi cambio, y también mi belleza. Puedo deciros que se deben 100% a sentirme bien en mi adentro fruto de mucho trabajo interno y mi compromiso con ello.
Y lo que me gustaría trasladaros con estas historias es que NO estamos lejos de ese cambio, si nos comprometemos con el mismo. Y a veces serán pasos grandes y otras, serán la suma de mil pasos pequeños, cada uno de los cuales, te llevará más y más hacia ti. Y el primer paso, siempre será ser consciente de que quizás necesito un cambio y validarlo. Nos dará la fuerza que necesitaremos.
El primer capítulo se sitúa en 2013 y empieza así:
Tras la muerte de mi padre de cáncer en 2006, sentí que nada seria lo mismo, algo en mi interior, había cambiado para siempre y era cómo veía y quería ahora la vida. Mi padre, sin saberlo, me regaló una mirada nueva ante ella a mis 33 años.
Entonces, profesionalmente tenia éxito como Directora Comercial de multinacionales de moda. En ese momento, no era consciente de como transcurrían mis días, con un estrés fuera de cualquier límite sano, pero que yo había aceptado como normal. Jornadas extenuantes, reuniones de lucha de poder sin fin y absurdas, viajes, clientes, ventas, presión y presión. Vivía en modo supervivencia y con un vacío interno del que fui consciente más tarde. No sabía escuchar a mi corazón. No había espacio.
Me dije que no, que no seguía y un ataque de ansiedad me dio el impulso definitivo, para ir al día siguiente al trabajo y renunciar, a TODO. Se había acabado. Yo, quería VIDA. Se me repetía esta palabra todo el rato. Recuerdo especialmente que me preguntaba : “Además de vender ¿a mí que me gusta?”. No tenía ni idea. Y eso me impactaba. Estaba en cierto modo, atada, a mi personaje : Mujer con éxito profesional. Fue duro ver que toda mi vida giraba en torno a ello. Pero eso, no era Sandra así que salté. Dimití sin plan B. Mi único plan era descubrirme y serme fiel a lo que fuera que encontrase.
De estar dormida, pasé a hacerme mucho caso y probar. Era la única manera. Compré un billete a Bangkok, tenía sed de descanso, y conocer mundo. A los pocos días, me entró un miedo paralizante: “Sandra ¿pero qué estás haciendo con tu vida?”. Me había cargado toda la seguridad conocida.
Un día mi hermano me sugirió ir a visitarles a Argentina. Sentí algo muy fuerte en mi vientre, en el chakra raíz, era mi intuición diciéndome que sí y a la noche cambiaba mi billete. Esa decisión, me cambiaría para siempre.
Con una mochila súper pequeña, y la Lonely planet me planté en Buenos Aires. Me encantó, pero mi viaje de verdad venía después, iba a recorrerme sola el Norte de Argentina, para luego al final del viaje encontrarme con ellos. Siempre recordaré, mi primer día en las montañas en centro Argentina. Subí una y mientras subía, veía mil colores rojizos a mi alrededor y un paisaje tan increíble que sólo podía subir y subir. Me detuve y contemplé todo aquello, y una sensación nueva recorrió mi cuerpo : LIBERTAD. Jamás la había sentido así. Fui entonces consciente, de todo lo que dejaba atrás, del paso que había dado. Del disfraz de mujer que ya no seguía conmigo. El miedo, dejó de estar en mi cuerpo. El presente entraba de lleno y así la VIDA.