¿Cuántas veces se nos olvida algo esencial?
Algo de lo que además parte la propia creación del universo así como el ser humano.
Hoy empiezo con esta frase, la fuerza de la magia, que ayer me dio mi Oráculo de Ángeles y Maestros y ¡qué regalo fue! Era la frase que necesitaba. Y da lugar a este mail, porque a veces hacemos de todo para vernos bellas, ser exitosas en nuestros negocios y vida, tanto que se nos olvida el gran poder que hay ahí y que en la magia es en realidad donde está todo. Y hoy a mis 50 muy distinta de mis 25 o 35 me doy cuenta que la magia al final es presencia, serenidad, coherencia, confianza en ti. Autenticidad. Es estar bien contigo. Pero, claro, en esa búsqueda a veces incesante en el afuera y que a menudo nos lleva a la frustración se nos olvida “dejar espacio” para que “todo” suceda. Ahora cuando admiro a una mujer por su belleza, me doy cuenta de que tiene esto. Yo misma hoy en día recibo halagos por estas cualidades y es cierto que yo me siento así y mucho mucho más plena que años atrás.
¿Y eso influye en como de hermosa me siento yo por dentro y por fuera? Sí. Estoy bien conmigo y mi vida. Estoy bien con Sandra y se refleja. Y de ello, de mi propio recorrido del vacío o desconexión hasta la conexión con mi belleza nace mi deseo de ayudar a otras mujeres.
Es posible, es tangible, está ahí para TODAS.
Esta semana, tras atender a varias mujeres en el showroom, recibí como regalo su feedback. De alguna forma me daban las gracias por lo mismo: haber visto en ellas lo que a veces ellas no ven, así como haber sentido “su BELLEZA, en mayúsculas, conmigo” en el showroom. Incluso tomando un café.
Esther. Hice una asesoría de estilo con ella, quería una imagen fresca, renovada. Un cambio para empezar de nuevo tras un proceso de duelo. Vimos algunos de sus looks habituales juntas, sus colores, alguna prueba de maquillaje suave y pintalabios para resaltar su luz… Y lo curioso, es que cuando me presentó sus looks y me hablaba de la historia de algunas piezas, había una emoción bonita, una conexión con ellas, y como ella misma me dijo, “a mí me gusta mucho tener prendas distintas que busco aquí y allá“. Y esas piezas hablaban de su creatividad, que ahí estaba pero que quizás el último año, no había estado presente. Así que en la sesión pusimos en marcha la creatividad y la magia. Sólo necesitaban un espacio y un empujón.
También atendí a Safia, a Laura, y me tomé un café con Sonia: “Gracias, Sandra, me has hecho volver a tener ganas de vestirme bonita, de verme bella. Me has inspirado. Quiero que la belleza esté más presente en mi vida“.
Qué regalo ha sido para mí, porque como empresaria, y como mujer, también me sucede que a veces en el ruido, la estrategia, querer escalar la empresa y tanta información que nos llega de forma continua, pues a veces también pierdes tu propio rumbo, o aquello que hizo que todo comenzara: la magia.
La tuya, la de tu belleza, tu creatividad, la de tu vida, la de un paseo o el mar. La de la gente que te rodea. La de tus hijos, tus seres.
El ruido, los obstáculos no los vamos a poder evitar. Están ahí, pero sí podemos dar un paso al lado para crear esos espacios sagrados que nos nutren, embellecen y dan respuestas.