Hola Bellas
Espero encontraros bien a todas. Hoy, el Hogar, es el centro de mi reflexión así como inspiración para la meditación guiada que os comparto.
Recién aterrizo en el mío y he tenido una sensación de “por fin”, como espacio que me acoge y en el que me siento muy bien recibida.
Una vez leí, que el mejor momento de las vacaciones es aquel en el que regresamos a nuestro Hogar. Un poco creo que es verdad, porque cuando tomamos distancia, vemos más, vemos distinto y apreciamos distinto. Yo hoy, lo apreció más que cuando me fui.
Pero más allá de nuestra casa física y esta sensación que la acompaña, hoy quiero recordarnos otro hogar, que nos acompaña siempre, vayamos donde vayamos, y que no precisa de un lugar físico en especial ni de objetos que amamos, nada, no precisa más que de una misma. Y su disposición y apertura sí.
Este Hogar, somos nosotras y una manera de regresar a él, es conectarnos con la gran fuente, que es la Naturaleza y su luz.
Quizás te suena raro, y lo entiendo, porque para mí, esto de abastecerme de la fuente, me sonaba muy pero que muy raro, no hace tanto, pero cuando pruebas, confías y sientes una total conexión y nutrición, pues dejas sin argumentos a la mente y su discurso.
A veces, esperamos que la conexión, sea como algo a lo que hay que llegar, una meta y que cuando estemos preparadas, nos será revelada esa conexión. Mi experiencia es que no. Sólo se precisan pequeños pasos y constancia y ahí, entregarte y confiar… Lo irás viendo tú, cada día, al ir meditando, por ejemplo. Como leí hace poco, nuestra misión, sólo consiste en presentarnos a la práctica cada día. Nada más. Y poco a poco irás sintiendo.
Un día, de este Julio, empecé a hacer una meditación para abastecerme, similar a la que aquí os dejo, y hoy es hogar para mí. La hago cada día y os prometo que siento muchísimo como la luz inunda cada trocito de mi cuerpo. De ahí el querer compartirla con todas vosotras.
Todas tenemos el don de conectarnos a “la Fuente”, y es cuando lo abrazamos que se produce la magia.
Lo creas o no posible, te invito a probar, y dejarte sentir. Lo otro ya lo tenemos ¿no? 😉
Con amor y Feliz vuelta, Sandra.